El Clima Marino y sus efectos positivos en el organismo

El clima marino posee unas condiciones con una uniformidad excepcional caracterizada por una temperatura suave y una gran estabilidad higrométrica, gracias a que las masas de agua son excelentes reguladoras de la temperatura y oponen gran resistencia a las variaciones atmosféricas.

Todo esto explica la eficacia del agua y otros elementos del mar como los barros y las algas, para la cura de afecciones reumáticas.

El clima marino es además muy rico en iones electronegativos, que estimulan la asimilación de vitaminas, normalizando a su vez los componentes de la sangre, alimentando la recuperación cardiovascular e incrementando el umbral de dolor, haciendo posible la regeneración de nuestros alveolos pulmonares. 

Considerado como la central universal de producción de ozono natural, el aire marino posee contrastadas propiedades bactericidas. Al borde del mar la presión atmosférica es máxima, por eso existe una verdadera condensación de aire, que contiene la máxima cantidad de oxígeno. De ese modo se produce una gran oxigenación de la sangre, algo ideal para la recuperación de la actividad física. 

Teniendo todo eso presente, el clima marino tiene los siguientes efectos sobre el organismo:

  • Aumento del número de glóbulos rojos, hemoglobina y calcio en la sangre.
  • Aumento de la diuresis y la respiración cutánea.
  • Aumento del metabolismo basal.
  • Aumento de la mineralización ósea.
  • Aumento de la amplitud de los movimientos respiratorios.
  • Ralentización del ritmo cardíaco, aumento de la contracción y mejora de la circulación periférica.
  • Estimulación de diversas funciones endocrinas (tiroides, glándulas sexuales, paratiroides, suprarrenal).

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