Las propiedades del agua de mar aplicadas a la Talasoterapia

El agua de mar es el principio activo más importante de la Talasoterapia. A nivel terapéutico, tiene un triple efecto en la aplicación de las diferentes técnicas que se emplean en el campo de la Talasoterapia:

    • Efecto físico:

Producido por la mayor densidad del agua marina, lo que facilita los movimientos del cuerpo humano dentro del agua.  El peso relativo de una persona de 80 Kg. en agua dulce es de 20 Kg., mientras que en agua de mar es de tan solo 8 Kg. El aprovechamiento de este efecto se realiza fundamentalmente en piscinas, a las que se añaden una serie de dispositivos (cascadas cervicales, chorros de presión subacuáticos) que potencian y maximizan estos efectos.

    • Efecto térmico:

Las técnicas de la talasoterapia utilizan el agua a diferentes temperaturas con el objeto de aprovechar los efectos de estos cambios sobre el cuerpo humano. Los chorros a presión , las duchas escocesas, filiforme circulares, las batieras y las piscinas pueden ser una buena muestra de ello.

    • Efecto químico:

Es sin duda el más importante, debido a que el agua de mar es químicamente, en cuanto a su composición, una maravilla.  Debido a un proceso osmótico, es la piel la que absorbe los diferentes elementos, algo muy positivo teniendo en cuenta que en el agua marina se han inventariado hasta 92 elementos simples, entre los que resaltamos como más importantes, el sodio, magnesio, azufre calcio, potasio, sílice, yodo, hierro y manganeso.

Las indicaciones más habituales de la talasoterapia, son los procesos reumatológicos, pero también está plenamente indicada para las afecciones osteoarticulares, para problemas del aparato locomotor y también para las denominadas enfermedades de la civilización actual como el estrés, la ansiedad la depresión, o la obesidad.

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