Desde tiempos inmemoriales las personas han buscado desplazarse a otros lugares diferentes al de su vivienda habitual buscando la salud, climas más benignos y la toma de aguas conformaron el primitivo Turismo de Salud, que tuvo entidad propia a partir del siglo XVIII, apoyado por dos factores fundamentales, el avance e interés científico en desarrollar terapias más efectivas para dolencias crónicas, y por otro lado el crecimiento de la burguesía con mayor nivel adquisitivo.
Todas las costas Europeas se empezaron a llenar de Ciudades balnearias de litoral, disponiendo también de instalaciones cada vez más sofisticadas que proporcionaban complejos tratamientos de Talasoterapia, basados en el agua. Es un movimiento paralelo al que se realiza en los destinos con aguas mineromedicinales.
Actualmente vivimos en una cultura donde la sociedad hemos adoptado una nueva consciencia de la salud, con un carácter más preventivo, fomentamos una alimentación basada en conceptos dietéticos que mejoran la forma de nutrirnos, tenemos clara la necesidad de tener una vida más activa y menos sedentaria, eliminamos todos los hábitos perniciosos para nuestra salud como fumar o el excesivo consumo de bebidas alcohólicas, estamos en definitiva ante una nueva conducta del Bienestar.
La consecuencia unida a los importantes avances médicos es que la esperanza de vida de nuestra sociedad occidental está incrementándose hasta niveles que hace unos años parecían inalcanzables, los nacidos en el siglo XXI alcanzaran una esperanza de vida de más de cien años, mientras que sus antepasados del siglo XX, apenas llegaban a los 45.
Por ello no debe confundir el turismo de salud, dónde el objetivo del motivo del viaje o desplazamiento es el de realizar terapias y tratamientos específicos para mejorar la salud, y donde establecimientos como El Palasiet, dentro de la Talasoterapia viene realizando una intensa actividad desde 1970. Y el turismo saludable que prácticamente cada destino y establecimiento competitivo ofrece, basado en entornos y servicios que fomenten las conductas saludables, hacer ejercicio, comer sano, y fomentar la vida saludable.
Precisamente el destino Castellon Costa de Azahar, ha elegido este atributo como seña de identidad con el fin de atraer a un creciente número de visitantes y residentes foráneos, que elijan nuestro territorio para viajar y vivir, la dieta mediterránea, el clima, nuestro extraordinario entorno natural, y las infraestructuras existentes forman una base competitiva, pero hay que mejorar muchos aspectos, los entornos urbanos, algunos degradados, ampliar las zonas ajardinadas, diseñar nuevas infraestructuras y sobre todo fomentar el interés y el nivel de exigencia por parte de todos, tanto los visitantes como los residentes como los empresarios que desarrollamos nuestra actividad dentro del turismo y también el resto de áreas económicas.
Joaquín Farnós de los Santos
Presidente de la Sociedad Española de Talasoterapia
Director del Talaso Hotel El Palasiet